miércoles, 20 de agosto de 2008

¿Qué ocurriría si la gasolina costara $10 el galón?

¿Qué ocurriría si la gasolina costara $10 el galón?
Olvídense de la entrega de pizzas a domicilio. Y de las tarifas aéreas baratas. Y del agua embotellada. De hecho, olvídense de una forma de vida que se asemeja mucho a la actual. Pero, ¿sería tan malo eso?



En cuatro años, los precios de la gasolina en los EE.UU. se han duplicado hasta más de $3.70 por galón, y el precio del petróleo crudo se ha triplicado hasta alrededor de $125 el barril. Teniendo en cuenta la inflación, esos precios son más altos que los de la crisis del petróleo de 1978–83, que provocó recesión y tasas de interés exorbitantes. Pero...

¿Qué ocurriría si la gasolina costara $10 el galón?



Miles de empresas transportistas se irían a la quiebra. Los aviones se quedarían en los hangares. Muchos restaurantes y tiendas tendrían que cerrar. Los viajes compartidos en automóvil, los vehículos híbridos, los ciclomotores y los patines en línea se pondrían de moda. El trabajo desde el hogar, los huertos de verduras en la terraza, la cocina casera y el reciclado proliferarían

Sí, sería doloroso. A $10 el galón, llenar el tanque de una Ford Explorer costaría $225. Incluso llenar el tanque de un Honda Civic podría llevarle $132.

En ese momento, viajar en autobús no parecería tan malo.
Una gran recesión, no una depresión

Según Todd Hale, vicepresidente superior de investigación de consumidores de Nielsen, a $10 el galón, los gastos de gasolina de una familia promedio aumentaría del 16% del gasto a nivel minorista a alrededor del 40%. Las personas viajarían menos en automóvil, indudablemente. Sin embargo, muchos tienen que viajar en automóvil para ir a trabajar o al supermercado, y acabarían pagando ese dinero (bajo protesta) y recortarían otros gastos.

Las empresas y los agricultores, mientras tanto, estarían en problemas con el aumento en los costos de transporte, fertilizantes petroquímicos y plásticos. Si hubiera una súbita crisis petrolera, llevando la gasolina a $10 el galón y el petróleo a $350 el barril, la reacción en cadena de la espiral de precios y el recorte en la demanda de los consumidores nos afectaría enormemente.

"Sería una gran recesión, no una depresión", afirma Michael Englund, el economista en jefe de Action Economics de Boulder, Colorado. Eso significaría presupuestos ajustados y desempleo hasta que la economía se adapte y se reanude el crecimiento.

* Los gastos de los consumidores en salidas a comer, ropa, artículos electrónicos, vacaciones y otros pequeños lujos se reducirían drásticamente. Un estudio realizado por Nielsen demostró que incluso con los precios recientes de la gasolina, un 41% de los consumidores salían menos a comer afuera. En total, 18% de los encuestados se veían cortando gastos "en gran medida". Eso afectaría a empresas como Applebee's, Macy's, Gap, Best Buy, entre otras. Pero a los minoristas de descuento, en especial aquellos que venden alimentos y gasolina, les iría relativamente bien. Éste sería el caso de Costco, Wal-Mart y McDonald's.

* Veríamos "una gran cantidad de aviones estacionados", dice Bill Swelbar, ingeniero aeronáutico del Instituto de Tecnología de Massachusetts. La industria aeronáutica de los EE.UU. gasta $465 millones en costos de combustible por cada aumento de $1 en el petróleo. A $350 el barril de petróleo, la industria pagaría más de $100 mil millones adicionales, casi tanto como las ventas totales de pasajes aéreos del año pasado. Incluso si las aerolíneas aumentaran los pasajes un 50%, la mitad de sus aviones quedarían en el suelo, porque hacerlos volar sería muy caro, explica Swelbar.

* Muchas empresas independientes de transporte en camiones, que pagan su propio combustible, irían a la quiebra debido al aumento de los costos y a la preferencia por buques y trenes por parte de los transportistas. Los taxis y FedEx serían estrictamente para los ricachones. Dejarían de existir las entregas de pizzas a domicilio. Los conductores encargados de la entrega de pizzas a domicilio también pagan su propio combustible. "Sería fatal", dice Joseph Miller, subgerente de Domino's Pizza en Seattle. "Pienso que así no tendríamos ningún conductor".


* Los precios de los alimentos aumentarían un tercio o más, estiman los expertos. Alrededor de 80 centavos del costo minorista de $4.50 que se paga por una caja de cereales corresponde al transporte, afirma Dan Basse, presidente de AgResource, una empresa de investigación de Chicago. Además, hay que tener en cuenta el costo de los fertilizantes que se utilizan para el cultivo de cereal y el combustible diesel que se utiliza para el equipo agrícola. En 2005, el transporte y la energía componían el 8.5% de todos los costos minoristas de los alimentos, pero en ese momento la energía era mucho más barata. Debido a que la gasolina a $10 provocaría un aumento de precio de los alimentos, los consumidores afectados dejarían de consumir la costosa carne y verduras frescas y las cambiarían por pastas y aceites más baratos. Los ganaderos y tamberos con salas de ordeño, voraces consumidores de energía, tendrían dificultades. Las ciudades se llenarían de vida con huertos de verduras en las terrazas y balcones y en terrenos vacíos.

* Los plásticos para los artefactos eléctricos, envases, marcapasos y un sinfín de otros productos aumentarían de precio a medida que el gas natural con que se fabrica el plástico aumente de precio, al igual que el petróleo. Bill Wood, presidente de Mountaintop Economics and Research de Massachusetts, dice que los compradores podrían elegir: "¿Papel o papel?" Las pequeñas botellas de agua de plástico desaparecerían. Reaparecerían los recipientes de vidrio y metal. Se produciría una explosión del reciclaje. Las familias incluso podrían tener nueve cestos de residuos en el vestíbulo para separar los residuos, como ocurre en Japón, donde el reciclaje por parte de los consumidores asciende al 90%.

Los economistas dicen que los precios del petróleo seguirán aumentando durante los próximos dos años, y los precios llegarán a ser posiblemente de $5.60 el galón cuando lleguen al surtidor de combustible.

* A medida que los conductores comiencen a adoptar los automóviles híbridos enchufables que rinden 100 millas por galón (cuyo lanzamiento ya está previsto para 2010), la red de transmisión de electricidad podría verse sobrecargada. Teóricamente, si todos tuviéramos uno y lo enchufáramos por la noche, la red de transmisión podría manejar el 84% de la flota de automóviles de la nación. Pero para evitar el riesgo de que las ciudades sufran apagones parciales, la capacidad de la red de transmisión debería aumentar. Se produciría un aumento de la energía solar, mareomotriz y eólica. Se construirían gigantescas centrales eléctricas térmicas solares, que usan espejos para concentrar la energía solar. Sin embargo, en la carrera por obtener electricidad, probablemente también se aceleraría el uso de carbón, barato y contaminante (50% de la generación de electricidad en la actualidad). Incluso se podría volver a pensar en el uso de energía nuclear (21%).

* La resistencia a realizar perforaciones en busca de petróleo en lugares como el Arctic National Wildlife Refuge de Alaska y en California disminuiría. Los ambientalistas podrían defender su punto de vista. Pero como dice James Williams, un especialista en economía energética de WTRG Economics de Arkansas: "Planteémoslo de esta forma: ¿Todos quieren viajar en automóvil?". Se cree que las reservas de petróleo en ambas zonas son de más de 10 mil millones de barriles, el doble de las reservas comprobadas en Texas. Eso ayudaría a satisfacer el apetito de 21 millones de barriles por día de los estadounidenses.


Después del dolor, algunos beneficios


También habría otras ramificaciones. El déficit del gobierno federal aumentaría rápidamente al tener con los gastos crecientes por incentivos energéticos y bienestar social. Incluso podríamos ser testigos de malestar social, al verse obligados los pobres a luchar por sobrevivir.

Los habitantes de los suburbios se amontonarían en viviendas urbanas para evitar los costosos traslados y trabajar desde el hogar se convertiría en algo habitual. Con el tiempo, el transporte público podría incluso mejorar.

Algunas de estas cosas como, por ejemplo, los automóviles pequeños y un transporte público excelente, ya son un hecho en Europa y Japón. Allí los precios de la gasolina son el equivalente de $8 a $10 por galón, en gran parte debido a los altos impuestos. Ellos se las arreglan para vivir así. Nosotros también podríamos hacerlo

A largo plazo, incluso podríamos estar mejor
Cuando la economía se adapte para funcionar con nuevas fuentes de energía y un uso más eficiente de la energía, se produciría un auge de los trabajos relacionados con la ingeniería, ciencia, energía alternativa y conservación.
Matthew Simmons, fundador del banco de inversiones Simmons & Company International en Houston, dice que cree que una buena tajada de los cientos de miles de millones de dólares que fluirían hacia las naciones productoras de petróleo se volverían a filtrar a los EE.UU. Considera que la infraestructura de la industria del petróleo está caduca y que se le pedirá ayuda a los Estados Unidos.

"Tendríamos un mundo científico en el que habría más ingenieros y obreros, en contraposición con el mundo de empresas de alta tecnología, y empleados que desayunan en Starbucks”, dice. Sin mencionar que el talón de Aquiles de los Estados Unidos, su dependencia del petróleo extranjero para cubrir el 60% de sus necesidades, finalmente tendría una solución. Una solución dolorosa, pero eficaz.

¿Llegará a costar $10 el galón en un futuro cercano la gasolina ?

Es poco probable, aunque las expectativas a corto plazo de que la gasolina llegue a $4 o incluso $5 este año son cada vez más comunes.

Sin embargo, la mayoría de los especialistas en petróleo consideran que a corto plazo, la gasolina no podría costar $10, o que si el petróleo llegara a costar $350 el barril debido a algún desastre en el Medio Oriente, esto no duraría mucho tiempo. Dicen que la demanda caería drásticamente, provocando una reducción de los precios del petróleo. Adam Sieminski, especialista en jefe en economía energética del Deutsche Bank de Washington, D.C., indica que la probabilidad es de menos del 3%.

Richard Heinberg, colaborador principal del instituto sin fines de lucro Post Carbon Institute de Sebastopol, Calif., no está de acuerdo. Considera que podría ocurrir dentro de cinco años (por supuesto, $10 probablemente valdrían mucho menos para ese momento).

Más de la mitad de los productores de petróleo del mundo, entre ellos los EE.UU., Gran Bretaña, México, Venezuela y Rusia, están sufriendo una baja en la producción, afirma Heinberg. Mientras tanto, la demanda crece a un ritmo del 1.5% al 2% por año. Heinberg dice que los países miembros de la OPEP necesitan sus reservas para satisfacer la demanda creciente en sus países y que en algún momento, escaseará el petróleo.

El resultado: El aumento drástico de precios en un futuro.